La operación gijonesa tuvo lugar el pasado 2 de mayo, cuando los agentes localizaron a dos furtivos en los bloques del muelle nuevo de El Musel. Uno de los furtivos es un mariscador profesional de Tazones (Villaviciosa) y el otro es un experto pescador submarino, según fuentes cercanas a la investigación.
En el momento en que fueron interceptados los dos furtivos estaban extrayendo el percebe mediante buceo. Ambos se desplazaron en una zódiac de 150 CV de potencia y 6,20 metros de eslora, que también ha sido decomisada por el Servicio de Vigilancia Pesquera.
Los agentes observaron la maniobra de los furtivos y se acercaron a la embarcación, aunque en el mar no pudieron localizar el percebe. En ese momento, según la información facilitada por fuentes cercanas a la operación, los agentes ordenaron a los furtivos ir a tierra para completar la inspección. Los dos pescadores ilegales intentaron darse a la fuga, aunque finalmente fueron interceptados por agentes de la Guardia Civil de Gijón.
Una vez en tierra, y varios días después, se logró dar con el mecanismo que permitía el acceso al depósito donde escondían el percebe. Explican los agentes que los furtivos ingenian sistemas ocultos en las embarcaciones para evitar que se les localice el producto ilegal. En este caso los furtivos llevaban cuatro sacos de red con unos 50 kilos de percebe, ya en mal estado cuando se localizó el escondite. El valor de este percebe, en época de veda, podría alcanzar los 3.000 euros.
La segunda operación tuvo lugar en la noche del viernes, cuando los agentes localizaron a un percebeiro que trabajaba en la zona de costa de la localidad naviega de Puerto de Vega. Se le decomisaron 15 kilos de percebe de «alto valor comercial».
Hace 15 días, dos furtivos fueron interceptados en Gijón con 50 kilos de percebes en su zodiac.
El tercer furtivo fue interceptado el viernes, con 15 kilos de percebes, en Puerto de Vega (Navia).
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