Los peores temores se han confirmado. Cuando parecía que
el vertido de fuel en la mar procedente de una fuga de la térmica de
Aboño se estaba evaporando por efectos del calor y el batir de las
embarcaciones de limpieza, el galipote llegó en la tarde de ayer a las
playas del concejo de Villaviciosa. Hacia las cinco de la tarde fue
necesario cerrar la playa de España, que recibió un importante aporte de
restos, mientras que en la de Merón hubo «un poco de galipote», según
indicó el alcalde de Villaviciosa, José Manuel Felgueres, a EL COMERCIO.
También se temía por la suerte que podía haber corrido la playa de
Rodiles pero, por fortuna, no registró aportes de galipote.

El alcalde maliayo acudió a los arenales afectados para
conocer la situación de primera mano. Explicó que «en España hay
bastante galipote, pero lo malo es que en la mar se ve que hay más. Por
eso, se decidió cerrar la playa. En Merón valoraremos por la mañana si
la cerramos o no, dependiendo de que la pleamar de la noche aporte
restos de fuel o no».
El regidor se puso en contacto con el director general de
Justicia e Interior, José Luis Villaverde, quien le confirmó que a las
siete y media de esta mañana cuatro operarios de la empresa Inteco, con
un rodillo absorbente, acudirán a la playa de España para iniciar las
labores de limpieza.
Por otro lado, también la aparición de galipote obligó
anteayer a cerrar la única playa de Carreño que permanecía abierta al
baño, como es la de Huergues, en Perlora.
Entre tanto, siguen las labores de limpieza en las playas
carreñenses y hasta ayer se habían retirado 85 toneladas de material
sólido y arena. Para hoy está previsto continuar con las labores de
saneamiento en arenales y rocas. Además, está previsto que se instale
una barrera absorbente en la playa del Tranqueru. Hoy trabajarán 63
personas con siete máquinas hidrolimpiadoras.
Estos nuevos aportes de galipote a la costa se producen
pocas horas después de que los responsables de controlar el vertido
aseguraran que las manchas de fuel frente a las costas de Carreño y
Gijón prácticamente habían desaparecido. El 112-Asturias aseguró que a
vista de helicóptero «se ha podido constatar que los restos del vertido
son irisaciones de densidad mínima». Así, la mancha con un frente sólido
que se encontraba frente a la playa de La Ñora se habría evaporado por
efecto del calor y de la acción de las hélices de las embarcaciones que
trabajan en limpiar las aguas. Tal fue así que el director general de
Justicia e Interior, José Luis Villaverde, explicó que «los problemas
que había frente a algunas playas de Gijón desaparecieron», hasta el
punto de que la bandera amarilla ha vuelto a ondear en la playa de La
Ñora y «sólo quedan algunas manchas de mínima consideración entre Aboño y
el puerto de El Musel, en una pequeña ensenada, y en otra al norte del
puerto de Candás».

Para eliminar esas manchas, ayer se colocaron barreras
absorbentes tras el espigón del puerto candasín y frente a la playa de
Huergues -de 350 y 150 metros de longitud, respectivamente-, para tener
controlado el galipote que flotaba en la superficie de la mar.
Los operarios incorporaron ayer hidrolimpiadoras a las
labores de limpieza en los roquedales de Palmera, Carranques y Xivares.
Villaverde aseguró, por la mañana, que si la evolución continúa siendo
tan favorable, en la reunión de mañana del comité asesor del Plan
Territorial de Contingencias por Contaminación Marina Accidental del
Principado de Asturias (Placampa) se estudiará la posibilidad de bajar
la alerta al nivel cero. La situación de la costa de Villaviciosa podría
cambiar esto.
Villanueva reiteró su agradecimiento por todas las
muestras de solidaridad y ofertas de ayuda voluntaria para limpiar las
playas de Carreño, pero explicó que «en las tareas de limpieza la
situación está saturada, por lo que no conviene ahora mismo que haya
ningún despliegue de voluntarios».
Foro y UPyD, contra HC
Los diputados Albano Longo (Foro) e Ignacio Prendes
(UPyD) pidieron ayer a los responsables de Hidrocantábrico (HC) que den
información sobre el vertido ocurrido el pasado martes en la térmica de
Aboño y que acabó con una marea negra. Longo indicó que la situación
«exige una respuesta por parte de la empresa responsable, que debe salir
del silencio y explicar públicamente lo acontecido».
Por su lado, Ignacio Prendes considera que «no se puede consentir» un desarrollo industrial que perjudique al medio ambiente.
Fuente: El comercio